¿En qué casos de dolor dental son necesarios los antibióticos?
Imagina esto: un dolor punzante en la boca que no te deja en paz. Comes, hablas, incluso respiras, y ahí está. Persistente. Molesto. Insoportable. En ciertos casos, esa incomodidad puede deberse a una infección que, si es grave, requerirá algo más que analgésicos. Aquí es donde los antibióticos entran en escena. Pero, ¿realmente se recetan para cualquier dolor de muelas? La respuesta es no, y aquí te explicamos por qué.

¿Qué tienen que ver las bacterias con el dolor dental?
Las bacterias son parte del ecosistema natural de nuestra boca. Pero cuando no nos cepillamos correctamente —o nos olvidamos del hilo dental— estas pequeñas intrusas se multiplican, transforman los azúcares en ácidos y atacan el esmalte dental. Es así como nacen las caries.
Según la Asociación Dental Estadounidense, el consumo excesivo de azúcar alimenta esta fiesta bacteriana. Y un estudio publicado en PLOS ONE identificó a Streptococcus mutans como una de las principales responsables de las cavidades. Con el tiempo, estos pequeños agujeros pueden volverse dolorosos y, en casos más severos, llegar hasta los nervios del diente. Y sí, aquí comienza lo serio.
¿Cuáles son las causas comunes del dolor dental?
No todo dolor de muelas necesita antibióticos. Muchas veces, el tratamiento adecuado puede ser un empaste, una corona o incluso una endodoncia si la infección ha llegado muy profundo. Sin embargo, cuando el daño es tan severo que el diente ya no se puede salvar, puede ser necesario extraerlo.
Ahora bien, si el dolor viene acompañado de fiebre, hinchazón o secreción de pus, podríamos estar ante un absceso dental o una infección de encías. En esos casos, los antibióticos sí pueden ser necesarios.
Entonces, ¿cuándo sí se deben tomar antibióticos?
Tu dentista puede recetarte antibióticos si tienes una infección grave. Por ejemplo, en casos de pericoronitis —una inflamación de las encías que ocurre cuando las muelas del juicio están saliendo— o si hay un absceso dental, esos dolorosos bultitos llenos de pus que se forman por infecciones profundas.
Pero es importante entender esto: los antibióticos no curan los dientes. Ayudan a controlar la infección, pero el tratamiento definitivo (como una endodoncia o una extracción) sigue siendo necesario.

¿Qué antibióticos se recetan comúnmente?
Los más usados son la penicilina y la amoxicilina. Para quienes son alérgicos, la clindamicina suele ser la alternativa. La dosis y duración del tratamiento dependen del diagnóstico de tu dentista. Y no olvides esto: sigue el tratamiento completo, incluso si el dolor desaparece antes. Suspenderlo antes de tiempo puede hacer que las bacterias se vuelvan resistentes.
¿Y si quiero evitar todo esto?
Buena noticia: ¡sí se puede! La prevención es tu mejor aliada. Aquí algunos consejos simples pero poderosos:
- Cepíllate dos veces al día con una pasta dental con flúor.
- Usa hilo dental. En serio, no lo ignores.
- Limita el consumo de dulces y bebidas azucaradas.
- Visita a tu dentista con regularidad, incluso si no sientes dolor.
Evitar un dolor de muelas no es cuestión de suerte, sino de hábitos. Pero si ya tienes molestias y te preguntas ¿en qué casos de dolor dental son necesarios los antibióticos?, lo mejor es no adivinar. Acude a tu dentista, sigue su orientación, y no tomes antibióticos por tu cuenta.






